Toda la comunidad educativa de Benacazón está tremendamente triste y consternada por la súbita y prematura muerte de uno de sus alumnos preferidos: Ángel Luis. Decir este nombre me evoca la tranquilidad, la amabilidad, la simpatía, la generosidad de ese maravilloso niño que ya no estará entre nosotros.
¡Siento una pena tan grande por su desaparición! ¡ y ni qué decir lo que siento cuando me pongo en lugar de sus padres! Desde aquí, como se los dije en persona, les pido que sean fuertes, que deben seguir adelante, por sus vidas, por la vida de Raquel, su otra maravillosa hija, de quien Ángel Luis estaba tan orgulloso.
Sólo nos queda pedir que ese Ángel (como él) que se lo llevó el día de Reyes lo tenga en su Santa Gloria.
Nosotros, sus profesores, pero también sus compañeros, amigos, familiares, vecinos, lo recordaremos por el resto de nuestras vidas, porque era ese tipo de personas, que, como dijo su madre “no era de este mundo” por tantas cualidades que tenía.
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